La Infanta Isabel en El Espinar año 1891

El Espinar siempre ha presumido de tener una rica historia de visitantes honorables y veraneantes de alta alcurnia, pero si hay una visita que destaca del resto es la de la Infanta Isabel y "su padre" el Rey Francisco de Asis en el año 1891, hecho que recogieron diferentes periódicos de la época y que hemos rescatado a través de la Hemeroteca Digital.

Infanta Isabel en La Granja

La Batalla de El Espinar y la foto más antigua.

Hoy os vamos a contar una curiosa noticia de hace 122 años, que relata lo acaecido en nuestro pueblo y sus alrededores durante unas maniobras militares. Estas maniobras y el reportaje gráfico posterior, dieron pie a lo que hoy puede ser LA FOTO MAS ANTIGUA DE EL ESPINAR. En esta foto, que hemos mejorado, se ve a los militares reunidos en lo que hoy sería la plaza de La Corredera el día de su llegada esperando alojamiento. Se distinguen las torres de la iglesia, hoy algo diferentes. Se fotografiaron otros lugares que no logramos reconocer. A continuación trascribimos el reportaje y las fotos de gran valor histórico.

Esperamos que disfrutéis tanto como nosotros de estas historias con solera que vamos encontrando en las hemerotecas. Un Saludo.

LA FOTO MAS ANTIGUA DE EL ESPINAR (CLIC PARA AMPLIAR)

LA NUEVA ERMITA DE LA SOLEDAD - 1968 por JUANA ESPINOS ORLANDO

Texto escrito en 1968 por Juana Espinos sobre la Ermita de la Soledad.

Son muchos los atractivos recién estrenados en El Espinar 1968 que podríamos glosar; para nosotros, sin embargo, ha habido una novedad entrañable y añorada desde hace mucho tiempo, que nos ha hecho olvidar, en cierto modo, todas las demás: la restauración de la Ermita de la Soledad o de la Vera Cruz como se llamó en los tiempos de su fundación; «devotísima, de muchas indulgencias y muy pulidamente edificada » como dice en su «Historia de la Villa de El Espinar», su ilustre hijo y cronista don Domingo Rodríguez Arce.

“EL ESPINAR, RECREO DE MADRID, julio de 1953 - Carlos DE SORONI”

A escasos kilómetros de Madrid, nuestra Capital tiene desde hace tiempo un auténtico lugar de recreo que nada tiene que envidiar a esos puntos de veraneo donde los madrileños pueden mitigar, cómoda y confortablemente, los rigores estivales, al mismo tiempo que remiendan su salud, y lo que es más importante, es un verdadero pulmón (el tercero) para los niños. En este punto mágico por su emplazamiento, por su aire y por su ambiente, quien esto escribe ha podido comprobar cómo hasta el yodo marino llega hasta El Espinar cuando la brisa orea las alturas espinariegas, un Ayuntamiento, celoso y vigilante, impregnado de ese sentido, realista y práctico que las autoridades gubernativas, señalaron, viene realzando una callada y silenciosa labor en pro de su vecindario y de los madrileños que a millares se trasladan a El Espinar (o a su magnífico barrio de San Rafael), dotado éste también de las máximas comunicaciones por carretera y ferrocarril.