Corría mayo de 1991 y Poli Díaz era el mejor boxeador (para muchos) que había dado España en muchos años. Apenas dos meses antes de su combate decisivo por título mundial ante Pernell Whitaker, el empresario Enrique Sarasola le preparó una pelea en nuestro municipio, lugar donde residía y se preparaba antes de viajar a Estados Unidos. Exactamente se alojó en una casa de la Cooperativa de San Eutropio, donde mucha gente lo recordará... y no por sus peleas en el ring.