UNAS CALLES CON HISTORIA. QUINTA PARTE: CALLE SERRANO, PASEO GIL BECERRIL Y PASEO RIVERA

Por María Yolanda González Gómez, Jefe del Archivo Municipal.

Un mes más, seguiremos paseando por nuestro Municipio, y en este caso nos pararemos en el núcleo de población de San Rafael, donde se encuentran tres calles de las cuales hablaremos:

• CALLE SERRANO.

• PASEO GIL BECERRIL.

• PASEO RIVERA.

Teniendo como fuente de investigación los Libros Plenarios del Archivo Municipal, nos sumergimos en el estudio de dos años 1902 y 1906.

Concretamente en el año 1902 la Corporación de ese momento, tuvo la necesidad de dar nombres a varias calles de San Rafael que carecían de él y por ello en su reunión plenaria de 4 de Octubre de 1902 describieron “que una de las calles empezaría en el caño público, subiendo entre ciertos hoteles de D. F. Río y D. J. Gayangos y la otra calle comprendía el camino construido en el año 1901 que empezaba en la Carretera General a la esquina del prado de C.Geromini y subía por los hoteles de D. J. Quintana y otros”

Después de informar de la localización de las calles, la Corporación “en su deseo de perpetuar la memoria de los Señores D. LEOPOLDO SERRANO y el EXCMO. SR. DON JAVIER GIL BECERRIL, por el interés que en todo tiempo han demostrado a favor de la localidad en la resolución de numerosos asuntos, acordó por unanimidad, dar el nombre de CALLE SERRANO a la primera calle descrita y el de PASEO DE GIL BECERRIL a la segunda”.

Ambas calles son paralelas y desembocan en la Carretera N-VI

Pero, ¿Quiénes fueron estos señores?

D. Leopoldo Serrano, fue militar y político, comandante de infantería, subsecretario de la presidencia del Consejo de Ministros del Tribunal de Cuentas, Senador, Gobernador Civil y Caballero de la Orden de Calatrava.

D. Javier Gil Becerril, fue diputado, senador, abogado y Secretario del Congreso de los Diputados.

Ambas personas estuvieron totalmente integradas en la vida de la población de este núcleo.

Siguiendo nuestra ruta, nos dirigimos a un paseo perpendicular a la C. Serrano y C. Carlos Mendoza y nos situamos en el PASEO RIVERA.

¿Por qué se llamó ese paseo, Paseo Rivera?.

Don José Rivera Ortiaga fue vecino de Madrid y amante de San Rafael. Su labor altruista por conseguir el progreso de este núcleo, hizo que la Corporación, suscribiera un acuerdo plenario el 13 de Enero de 1906 en el que se justificaba el nombre de una calle. El acuerdo suscrito decía:

“En vista de haber ejecutado en el año anterior 1905 a su costa D. José Rivera y Ortiaga una carretera con sus correspondientes alcantarillas en la calle que existe detrás de las casas de la Fonda de San Rafael, se acordó en primer término demostrarle el agradecimiento de esta Corporación por su generosidad y en segundo dar en lo sucesivo el nombre de PASEO RIVERA”

Y en el Paseo Rivera, uno de los paseos más bellos y emblemáticos de San Rafael, acabamos nuestra ruta sobre el nombre de las calles de nuestro municipio.

UNAS CALLES CON HISTORIA. CUARTA PARTE "Joanario Apellaniz y Gonzalo Martín"

por: Mª Yolanda González Gómez, Jefe del Archivo Municipal de El Espinar.

CALLE JOANARIO APELLANIZ EN EL ESPINAR. 


Nuestro viaje comienza en esta ocasión por una calle localizada en El Espinar, la calle JOANARIO APELLANIZ.


Perpendicularmente a las C. Abundio García Román y C. del Olmo se localiza la calle Joanario Apellaniz.
¿Quién fue D. Joanario Apellaniz?.


Pues bien, D. Joanario Apellaniz Monreal, nació en el año 1840 y según dicen algunas personas mayores de nuestro entorno procedía de Logroño. El 8 de febrero de 1882 falleció a la edad de 42 años, según consta en la inscripción que se conserva en la Capilla Mayor del Cementerio.


Trabajó como administrador de los Marqueses de Perales, realizando sus funciones en Prados, pero con residencia en el Palacio de los Marqueses de Castelar. Estas funciones las compaginaba con las que realizaba en el Ayuntamiento.


En el año 1871, fue regidor segundo (teniente alcalde) y procurador síndico. Y tras las elecciones celebradas en El Espinar en el año 1879 y realizado el escrutinio sobre el nombramiento de Alcalde y Concejales, resultó como Alcalde D. Joanario Apellaniz. Tomó posesión el 1 de Julio y dos años después en las nuevas elecciones, renovó su mandato, mandato que terminó a raíz de su muerte.


En la sesión del 19 de Febrero de 1882, el primer teniente alcalde dio a conocer la defunción del alcalde y se procedió a constituir un nuevo ayuntamiento.


Según aparece en el certificado de defunción de la Parroquia de El Espinar, se dice textualmente:
“No hizo testamento, ni recibió sacramento alguno por haber muerto repentinamente y a consecuencia de un balazo de revolver que se le disparó casualmente y contra su voluntad”.


Otras versiones sobre la muerte de este señor, apuntan a un hecho provocado por una segunda persona, desde su muerte por una paliza en Prados, hasta su muerte provocada por un explosivo colocado en la montura de su caballo, cuando se dirigía a Prados a trabajar.


Fuera lo que fuera, su buen hacer por El Espinar contribuyó a que se le homenajeara, dedicándole el nombre de una calle y una travesía, según consta en la relación de calles existentes en el año 1948.
La importancia de este señor fue tal, que el 6 de Diciembre de 1992, día de la Constitución, la Corporación del momento, para celebrar esa fecha centrada en la figura institucional de los alcaldes, se decidió homenajear a Don Joanario, un ALCALDE CONSTITUCIONAL DE EL ESPINAR.



CALLE DON GONZALO MARTÍN EN SAN RAFAEL


Dejando esta calle, salimos de El Espinar a San Rafael y paralela a la C. Mariquita se localiza la calle de DON GONZALO MARTÍN.


¿Quién fue Don Gonzalo Martín?.


Don Gonzalo Martín fue un maestro que se dedicó durante 46 años a la educación en San Rafael.
Era el año 1963 cuando padres de familia y vecinos de San Rafael, constituyeron una comisión que se encargaría de organizar un homenaje a Don Gonzalo. La comisión pidió al Ayuntamiento que se le concediera el nombre de una calle.


Después de varias gestiones, se decidió en el Pleno del 30 de Noviembre de 1963 dar el nombre de D. Gonzalo Martín Arévalo a una calle sin nombre en esos momento. En el mismo pleno, el Ayuntamiento se adhirió al homenaje de esta persona, que fue también concejal en el Ayuntamiento durante bastantes años.


El homenaje consistió en la celebración de una misa y la entrega de la Cruz de Alfonso X el Sabio, para premiar sus méritos en educación, en el antiguo cine Avenida, cruz que desde hacía tiempo se la había concedido y que se adquirió con los fondos recaudados por una suscripción popular abierta al efecto. Posteriormente se llevó a cabo una comida en un hotel de ese lugar, terminando el correspondiente evento.

UNAS CALLES CON HISTORIA (TERCERA PARTE). Bruno Ortega

Por Mª Yolanda González Gómez, jefe del Archivo Municipal de El Espinar.

Antes de estudiar el nombre de la calle que he elegido para el conocimiento de todos, me gustaría hacer una precisión.

En este tiempo difícil, donde la pandemia nos ha hecho replegarnos en nuestras casas y lo que es peor, se está llevando a tanta gente, algunas personas más conocidas y otras menos conocidas, me gustaría, aunque se que es algo difícil de hacer, que nos evadiéramos por un minuto de este trágico problema, con la lectura de este escrito y que a la vez nos sirviera para pasear virtualmente por esta calle que os traigo a vuestros hogares.

calle BRUNO ORTEGA


El nombre de la calle es BRUNO ORTEGA, localizada en El Espinar. Desemboca en la Plaza de la Corredera y en ella se localiza la Oficina de la Policía Municipal entre otros servicios.

Pues bien, ¿Quién fue Bruno Ortega?

Don Bruno Ortega de Teresa, fue un maestro que ejerció la docencia en El Espinar. El Pleno de 6 de junio de 1850 ratificó la elección para una vacante que había en la Escuela con un sueldo de 4400 reales.

Y seguro que nos preguntamos, ¿cómo iba a tener esas competencias el pleno del pueblo?

Hablamos del S. XIX donde a los maestros los pagaba el Ayuntamiento, esto evidentemente cambio hace muchos años, pero viajamos a otros siglos, donde la situación no es la de ahora.

Así que, con la ratificación hecha el día 1 de Julio de ese año 1850 se reunió la Corporación, el cura y la Comisión Local de Instrucción Primaria (Comisión de Enseñanza) y dieron posesión de su destino a dicho señor, estando presentes los niños que asistían a esa enseñanza.

Treinta años después el Pleno de 27 de enero de 1863 reconocía los esfuerzos realizados por D. Bruno Ortega en sus clases de adultos y se acordó “que la Junta de Instrucción Pública se personara en el local de la Escuela de Niños, visitando la clase de adultos donde vieron a 50 personas adultos ansiosas de instrucción, donde recibían lecciones de Primera Educación, apartándose de las tabernas y otros focos de corrupción”. Eran pobres trabajadores y no podían compensar al profesor el trabajo e interés, pero pagaban 14 luces de cera vegetal para el alumbrado del local por 7 reales diarios.

Os recuerdo que en este tiempo no había luz eléctrica, de ahí la utilización de velas para alumbrarse.

Viendo todos los representantes municipales esta situación, el pleno municipal acordó proteger el local, donde daban clases los adultos, a la vez impulsar el desarrollo de la Escuela y cubrir el gasto del alumbrado.

El buen hacer del profesor, su humanidad y su trabajo con los demás, llevó a que, a propuesta del Comité Radical Socialista, el Pleno del Ayuntamiento del 28 de Diciembre de 1931 acordara poner a una calle del pueblo el nombre de Bruno Ortega, con lo que un mes después se sustituyó el nombre de la Calle Sol por el nombre de Bruno Ortega, un maestro que estuvo 40 años ejerciendo en El Espinar.