SAN RAFAEL, SUS TOROS Y OTRAS COSAS... (1928) J. García BERMEJO

Curioso texto encontrado en nuestra búsqueda por las hemerotecas, donde se puede leer que hubo una época donde los veraneantes madrileños de San Rafael, quisieron emanciparse de la villa de El Espinar, cosa que no consiguieron, y quizás por ello hoy el núcleo goza de la misma calidad natural que hace casi 100 años.

Continúa prosperando San Rafael, linda colonia veraniega que segovianos y madrileños han hecho de un arrabal de la villa de El Espinar. Aumenta constantemente el número de construcciones en dicha colonia, y por todas partes se ven bonitos y confortables hoteles, que no tienen más defecto que el representado por el exorbitante alquiler exigido por sus propietarios, a los que por imperiosa necesidad de reponer la salud o por el gusto de veranear en tan encantador paraje se avienen a tornar en arrendamiento esas ideales viviendas.

SAN RAFAEL AÑOS 20

Parece resuelto de un modo definitivo el pleito que, para obtener su emancipación municipal, San Rafael ha venido sosteniendo contra El Espinar. No se ha resignado esta villa a perder caserío tan importante, que le honra y da provecho, por lo que se ha opuesto enérgicamente a la segregación que los grandes propietarios de San Rafael, la mayor parte avecindados en Madrid, pretendían alcanzar, con el buen deseo de acrecentar la hermosa colonia de una manera rápida y sin tener que luchar con rivalidades e intereses encontrados que siempre suele haber entre pueblos grandes y chicos.

EPIDEMIA DE SARAMPIÓN
El Ayuntamiento de El Espinar, cuál si quisiera demostrar que no precisa San Rafael de esa emancipación a que aspiraba para gozar de mayor prosperidad, procura ahora, por todos los medios, satisfacer las exigencias de los propietarios y veraneantes de la citada colonia, y se cuida de atender como corresponde las reclamaciones que unos y otros le hacen. Una epidemia de sarampión desarrollada en El Espinar ha dado lugar a que se manifieste esa solicitud de que hablamos, pues el mencionado Ayuntamiento adoptó toda clase de severas medidas para que tal epidemia no se extendiera a San Rafael, lo cual ha logrado, a pesar de la constante comunicación que hay entre esta colonia y aquella villa. Por las autoridades de El Espinar se ejerce actualmente una estrecha vigilancia en lo que se refiere a la venta de comestibles y bebestibles en San Rafael, y se corrige con mano dura cualquier abuso de la especulación.

En el presente año faltan algunos de los habituales y distinguidos veraneantes que en San Rafael pasaban la estación estival. No quiere esto decir que la colonia sea menos numerosa que en años anteriores, pues ya hemos indicado, y la cantidad de hoteles construidos recientemente lo demuestra, que el crecimiento de aquella es constante.

En tres cosas, sin embargo, no observa progreso alguno el que en San Rafael veranea o a San Rafael visita con frecuencia: en el servicio ferroviario, en la vigilancia de los montes y en el estado de las calles de la colonia.

La Compañía del Ferrocarril del Norte pone pocos trenes a disposición de los viajeros, y estos, sobre todo los sábados y domingos, son transportados hacinadamente, cuál si fueran fardos de mercancías, lo que inclusive da motivo a buen número de disgustos y de broncas entre el público pacífico y el que viaja en plan de juerga.

SAN RAFAEL AÑOS 20
Los visitantes de San Rafael, denominados domingueros porque solamente pasan en él unas horas de los días festivos, continúan haciendo lumbre en los montes y dejando de su estancia en ellos recuerdos tales como botellas, papeles y trapos sucios, alpargatas destrozadas y otras cosas más repugnantes. Ya en alguna ocasión el rescoldo de las fogatas dejado por semejantes individuos ha producido un incendio en dichos montes, y mucho nos tememos que cualquier día un incendio de esos llegue a adquirir la importancia del recientemente habido en los Pirineos franceses.

Siguen las vías públicas de San Rafael tan polvorientas y llenas de pedruscos como siempre, constituyendo un tormento para los viandantes, y siguen marchando por ellas con entera libertad, cornúpetos más o menos bravos, magníficos ejemplares del ganado cerdío y caballerías de todas clases. Decimos que estos animalitos marchan con entera libertad porque, como generalmente no suelen tener conductor, cada uno de ellos se mete por donde bien le place, dando algún que otro susto a los veraneantes. Es de suponer que ahora que El Espinar se muestra tan interesado por la prosperidad de San Rafael tratará de que desaparezcan tamaños males.

Se decía que un industrial madrileño, el cual durante el verano ejerce lucrativamente su industria en San Rafael, tenía el propósito de establecer un parque de recreos para solaz de la colonia, pues hoy no tiene esta dónde pasar las aburridas horas de la noche. No se ha realizado tal proyecto, y la gente joven suele ir a buscar distracciones en Cercedilla y en El Espinar, ya que en San Rafael no las encuentra.

SAN RAFAEL

RECORTE DE PRENSA ORIGINAL 18/8/1928 
  

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